GAMBIA - ESPAÑA. CAP 8

Venimos de aquí.

Ese día me levanté cuando desperté. Cargué mis cosas y chateé con Fran antes de abandonar el hotel. Me comentó que iban a tirar con el Mini para alcanzar la frontera, que no iban a repararlo en Marruecos.

Al decirme eso, automáticamente cambié el chip y me propuse llegar desde Esaouira a España del tirón. Hasta Tanger eran 731 kms. La moto en su linea, no iba mal y desde Yadida es todo autopista de peaje.

Mi intención era cruzar por Tanger Med, ya había cruzado por ahí una vez y por Tarifa otra, me recordaba que era más fácil por Tanger Med, osea que esa era mi intención.

Ese día poco tengo que contar, ya que fue muy aburrido, autopista, autopista y otra vez autopista.

Parecía que se iban a cumplir mis predicciones de llegar a Tanger Med, hasta que me encontré con los compañeros del Mini en el arcén de la autopista.


Llevaban una hora larga esperando por la grúa. No podían continuar, ya que no cargaba la batería y el coche sin algo de batería no arrancaba. Entre que esperábamos y no, se nos ocurrió cargar la batería del mini con la GW y funcionó.

El coche estaba casi sin embrague, y tenían que arrancarlo a empujón. La escena era realmente cómica. Piney y Felipe empujaban y luego se tenían que subir en marcha. Lo tenían dominado.

Así fuimos completando los 40 kilómetros que nos separaban del ferry. En Tanger fue un caos, ya que al no poder parar el coche, hubo que hacer alguna maniobra no permitida. Además, para más Inri, estaba en obras media ciudad.

Casi llegamos para tomar el último ferry, compramos los billetes y después de una inspección muy somera abandonamos Marruecos.

En España, fue un visto y no visto. Pasamos sin ni siquiera mirarnos la documentación de los vehículos. Llevaba comiéndome la cabeza días, para que al final fuera el trámite más sencillo de todo el viaje.

En Tarifa tuvimos que esperar a la grúa y después al taxi que nos llevó a Zahara de los atunes. Por cortesía de Felipe, dormimos en su casa y por fin abrimos el jamón de tierra de nadie.

Estaba un poco laconizado, pero supo a gloria tras las aventuras que vivimos durante esos quince días.

A la mañana siguiente, Fran y Felipe esperaron el coche de alquiler y yo fui tirando poco a poco.

Aún nos vimos en el entorno de Béjar.

Y así llegué a Asturias, después de vivir una experiencia única que no creo que olvide jamás.



En este viaje pasaron tantas cosas, que incluso en 8 capítulos que dividí la crónica, se me habrán quedado partes en el tintero.

Me quedo con lo positivo que fue lo que más abundó. Con el humor de Piney, la paz de Felipe, la vida de César y la personalidad de Fran.

Conocí países increíbles, culturas muy diferentes a la nuestra y además tuve la gran suerte de hacer el viaje en una Princesa Negra, icono de todo motorista viajero.

Me da rabia el lío de El Aaiún, pero al final le dio chispa al viaje.

Espero que os haya gustado la crónica. 

Como siempre os dejo el enlace del vídeo de Youtube.


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